Adobe Flash, los meteoritos y los dinosaurios

La historia es conocida: Hace 66 millones de años una piedra bastante grande (que, para que te hagas una idea, abarcaría desde Lima hasta Chincha) cayó sobre las soleadas playas de México y asestó un golpe mortal a la gran corporación que entonces dominaba el planeta: La de los dinosaurios. La catástrofe levantó tanto polvo que, durante años, la Tierra estuvo a oscuras.Toda la cadena alimenticia global se desbarató. Y como los dinosaurios eran los que tenían el estómago más grande, no soportaron la situación y desaparecieron. No se extinguieron por debilidad sino porque su entorno cambió y no estaban preparados para adaptarse a un cataclismo como ése. Otras especies biológicas (que comían bastante menos), tuvieron mejor suerte, se adaptaron al nuevo mundo y subsistieron. Es gracias a ellos que tú y yo estamos aquí. 




¿Y todo eso a qué viene?

Pues... A que lo mismo ocurre en los negocios. Pero a un ritmo infinitamente más rápido. Si el ecosistema (el mercado) cambia tu empresa tiene sólo dos alternativas: Adaptarse o desaparecer. No importa lo grande o poderoso que seasEl entorno es el jefe. El mercado manda.  

Y en el sector tecnológico es donde esos cambios ocurren de manera más rápida e imprevista. Un día tu producto "está arriba" y domina el mundo. Pero luego es reemplazado. Es lo que le pasó, por ejemplo, al alguna vez omnipresente navegador de internet Netscape o al ubicuo MessengerSurgieron mejores alternativas, porque sus desarrolladores estaban más atentos a lo que el público necesitaba y a su comodidad. Fue entonces que los gigantes confiados descendieron de sus tronos y fueron colocados en museo con los demás fósiles. 

El reinado de Flash

Adobe Flash también tuvo sus días de gloria. La razón del éxito de esta plataforma de creación de contenidos multimedia es que te permitía mostrar en la web o en aplicaciones de escritorio imágenes en movimiento (videos y sonido con interactividad) con una buena calidad y sin exigirle muchos recursos ni a tu computadora ni a tu red, (cosa que en cambio sí ocurría con otras soluciones que existían en el mercado). Su fulgurante ascenso desde el año 2000 le permitió alcanzar la gloria entre 2007 y 2010, cuando las páginas web más alucinantes del planeta usaban animaciones hechas con Flash y hasta YouTube tenía todos sus videos en el formato de video de Flash. Yo mismo elaboraba todas mis presentaciones multimedia con esa maravilla.


El Adobe Campus, en Utah (EEUU), una de las muchas sedes del gigante tecnológico que prodce aplicaciones de software tan exitosas como Photoshop, Acrobat, Premiere,  Air o Dreamweaver. (Imagen tomada de la web de cnnmoney.com)

Claro que, como todo en este mundo, tenía algunos defectos: Su código estaba completamente cerrado y por lo tanto los programadores no tenían control sobre las aplicaciones que creaban. Es decir, publicabas tu animación, funcionaba bien, todo muy bonito.... Pero no sabías si algo más estaba ocurriendo allí. Además sólo era posible crear animaciones si comprabas los programas de la firma Adobe (o si te conseguías una buena versión pirata). Pero Adobe estaba tan cómodo en su dominio que no hizo gran cosa por responder a estas inquietudes.

El uso de internet estaba cambiando rápidamente. El aumento del ancho de banda en la mayoría de países hizo que los usuarios empezaran a emplear cada vez más intensivamente programas que residían en la nube (y ya no en el disco duro de una computadora, como las presentaciones que yo hacía en esa época). Al mismo tiempo aumentaban los delitos informáticos. Los desarrolladores de aplicaciones se enfrentaron a un dilema. ¿Cómo usar animaciones y todos los fuegos artificiales que Flash ofrecía arriesgando la seguridad? ¿Cómo podían garantizarle a sus clientes que ningún hacker se metería en su computadora si Adobe seguía escondiendo su código? ¿Qué pasadizos oscuros y desconocidos estaban ocultos ahí que los criminales podían usar? En medio de esa crisis de confianza otras formas de programación, como el Java Script o el lenguaje de programación básico de la web, el HTML, se reinventaban, hasta que llegó un momento en que eran capaces de hacer lo mismo que Flash, pero sin misterios ni licencias costosas. Fue así como el HTML5 empezó su imparable ascenso al trono de las aplicaciones de internet.  





Caen los meteoritos 

En los últimos cinco años los cambios en el mercado informático han sido dramáticos. Todos tienen teléfonos inteligentes, hay más dispositivos móviles que computadoras de escritorio y nuevos entornos exitosos como las tablets o los smarts tv para los que Flash no ofreció las herramientas ni la seguridad necesaria. Steve Jobs, en una famosa comunicación, lo anticipó con su lucidez habitual: Dijo que Flash pertencía a la "era de la PC no de los móviles" (prácticamente le dijo que era un dinosaurio) y que por eso no lo admitiría en los productos de AppleEse fue el principio de la lluvia de meteoritos que está extinguiendo a Flash. 

Con las puertas del iPhone y el iPad cerradas, Adobe reaccionó, enfocando sus recursos en crear un programa de desarrollo que recogía lo mejor de Flash pero orientado a Android: Adobe Air (cuyas últimas versiones han sido muy elogiadas por los programadores web). 



Pero aunque las aplicaciones desarrolladas con Adobe Air tienen una reputación impecable (por ejemplo, el famosísimo juego Angry Birds está hecho con ella), existen millones de sitios web que todavía están programados en Flash y que sin duda se mantendrán así durante bastante tiempo. Ese es el lastre, la cadena, el tremendo problema que tiene Adobe: A pesar de que muchos productos de la compañía están funcionando bastante bien el rey derrocado sigue vivo y alguien tiene que hacerse cargo de él (es decir, de darle soporte técnico) con todos los gastos y disgustos que ello provoca. 

Pero el fin se acerca. A principios de este año y de manera discreta, YouTube se terminó de liberar para siempre de Flash. Y haciendo mucho más ruido, hace unos días, luego de que se revelaran gruesas fallas de seguridad en el software de Flash, el CEO de Mozilla ordenó que su navegador, Firefox (que tiene el 11% del mercado de navegadores), bloqueara todas las páginas con Flash. Casi al mismo tiempo el jefe de seguridad de Facebook declaró que era hora de que Flash desaparezca. El escándalo fue mayúsculo y acaparó titulares de prensa en todo el mundo. Millones de páginas web no pudieron verse ese día Adobe corrigió en pocas horas el problema (aunque por supuesto eso mereció muchos menos titulares) pero la confianza ya no volvió. 

Pero algo todavía peor acaba de ocurrir hace menos de una semana. El 28 de julio, un gigantesco ataque informático, uno de los más grandes jamás realizados, afectó a los usuarios de Yahoo que interactuaron con avisos programados en Flash...




Y así...

Extinción. Esa es la palabra. La naturaleza y los negocios son así. Pasó hace millones de años. Y sigue pasando.  


Más datos


- Sobre la "sentencia de muerte" expedida por Steve Jobs contra Flash. Clic aquí

- El día que YouTube desactivó Flash. Clic aquí

- Mozilla y Facebook contra Flash. 
Clic aquí

- Sobre el último gran ataque informático, clic aquí

- Sobre la extinción de los dinosaurios (ya que estamos en el tema), clic aquí

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